jueves, 1 de noviembre de 2018


Rafael Cadenas:
El lenguaje tiene la tarea 
de enfrentarse a la neolengua

Claudia Furiati Páez | @festilectura

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Desde el secular paraninfo salamanquino donde Unamuno desplegara su “instinto de charla”, el poeta venezolano le evocó para agradecer el galardón que le distingue como el mayor exponente de la lírica de habla hispana 2018, a la par que clamar por la urgencia de retornar a Venezuela a la normalidad democrática

Especial CP.- En el acto solemne celebrado el pasado martes 23 de octubre en el marco del 800 aniversario de la Universidad de Salamanca y presidido por su majestad, Sofía de España, el escritor Rafael Cadenas (Venezuela, 1930) hizo gala de su condición de catedrático, oficio que por décadas  ha ejercido en su natal Venezuela y otras geografías, junto a su ars poética, para hablar desde y en torno al lenguaje.  Siendo éste tema recurrente de su obra ensayística e instrumento poderoso de su verso despojado y vital, Cadenas exaltó una vez más su fuerza humanizadora y por tanto el riesgo que representa para el individuo y su libre albedrío el que el idioma sea coartado por los absolutismos. Y esa misión política del lenguaje le resulta impostergable, “ya que tiene la enorme tarea de en enfrentarse a la neolengua de todo totalitarismo, un peligro para los seres humanos porque los vuelve absolutamente dependientes del Estado”.
Y en este ámbito de los valores, el laureado autor venezolano apuntó a cuatro términos para él “principales”: libertad, justicia, democracia, civismo, honestidad, “los cuales cuando se ausentan de un país tornan muy difícil para sus ciudadanos el hecho de vivir realmente. Esas palabras además deben corresponder a lo que designan, sino habría que recurrir a lo que Confucio llamaba ‘rectificación de los nombres’, que se asemeja a nuestra adequatio. Es que en Venezuela nos urge instaurar la normalidad, que sólo puede ser democrática”.
En el caso del Español, lengua materna a la cual ha logrado enaltecer con su obra hoy distinguida con el máximo galardón de la poesía iberoamericana (primera vez para Venezuela), refirió al fuerte vínculo que ha hilvanado con la cultura hispana a lo largo de sus 88 años, especialmente con su literatura. Autores de la Generación del 27, Rafael Alberti, Federico García Lorca, así como las “prosías” de Pedro Salinas cautivaron su adolescencia. Ruta de lector lírico que continuaría con Miguel Hernández “cuya poesía se adhiere tanto a la memoria” y con León Felipe “quien adelantó en España, como Walt Whitman en Norteamérica, a la ampliación del poema, hermanándola con la prosa”.  Todo un universo de la lengua en Ñ que posteriormente nutriría sus materias de poesía española dictadas en la Universidad Central de Venezuela, donde sirvió por más de 40 años. 
Otra impronta indeleble para el autor de “Amantes” y “Cuadernos del Destierro” fue la dejada por los autores hispánicos del 98, como Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, José Martínez Ruiz (Azorín) y Miguel de Unamuno, siendo estos últimos figuras de las letras formadas al fragor de la Universidad de Salamanca. A Unamuno lo describió como “despertador de almas” que de alguna manera se hizo presente en el verbo de Cadenas a través de su “instinto de charla”, su liberalismo y su noción de “intrahistoria” con la que se “resalta a la gente del común, que no entra en la Historia, pero sostiene todo”. Y justo a ella recurrió el bardo venezolano para exaltar lo aportado a su país por muchos españoles anónimos exilados tras la diáspora provocada por la Guerra Civil y posterior a ella. “Fueron miles y entre ellos vinieron profesores, científicos, escritores que contribuyeron decisivamente con nuestra cultura”.
Y de igual manera recordó a los humanistas españoles que desde el destierro escribieron sus propios cuadernos de esa Historia con mayúscula, no sólo en su tierra sino en el resto de las Américas: Juan David García Bacca, Pedro Grases, Manuel García Pelayo, Marco Aurelio Vila, Juan Nuño, Federico Riú, entre otros. Y los tributa no sólo por estudiar sus escritos, haberse topado con varios en aulas y pasillos de su escuela de letras “ucevista”, sino por haber compartido la voz del desarraigo como motor de inspiración. La misma que “resuena” en sus textos aforísticos, su lirismo, su prosa y especialmente su alma, y es hoy “especulo” de muchos compatriotas que dejaron y siguen dejando a Venezuela expelidos por un régimen despótico.
De allí que para finalizar se refiriera al impacto que tiene el fenómeno de los nacionalismos: “son abominables, traen odio, conflictos, guerras. Ojalá aprendamos y optemos por la amistad entre las naciones, por eso he evocado la que existe entre Venezuela y España, no sin recordarle a los que atacan este país que lo hacen en español”. Un cierre que fuera refrendado por sostenidos aplausos de la audiencia y de las autoridades máximas de la cultura española que presidieron la jornada: la Reina Sofía, Alfonso Pérez de Armiñán, Presidente de Patrimonio Nacional y Ricardo Rivero Ortega, rector da la Universidad de Salamanca.-
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 “El viento arrastra pétalos
como si no estuvieran vivos.
El silencio es nuestro fondo
donde vive lo innombrable
del que venimos y a donde volvemos.
enseñados a no saber
al fin ver lo originario
Antología “No es mi rostro”
Colección Premio Reina Sofía
Ediciones Universidad de Salamanca, 2018
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RAFAEL CADENAS
(Barquisimeto, Venezuela, 1930)
 “Poeta y profesor de Universidad, artesano del lenguaje y sus palabras, crítico y siempre defensor del ser humano” en palabras del rector de la universidad salamanquina Ricardo Rivero Ortega, se resume la figura de Rafael Cadenas. Ello le ha merecido diversas condecoraciones entre las que se encuentran el Premio Federico García Lorca de Poesía en 2016, el Premio Nacional de Literatura de Venezuela en 1985, o el Premio de Literatura en Lenguas Romances de la FIL Guadalajara en 2009. Siendo sus principales publicaciones: Los cuadernos del destierro (1960 y 2001); Derrota (1963); Falsas maniobras (1966);  Memorial (1977); Amantes (1983 y 2002); En torno al lenguaje (1985); Gestiones (1992); Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística (1998); así como la edición de su obra completa, tanto en poesía como en prosa (2000 y 2007). A ello se suma la recién presentada Antología “No es mi rostro” (2018). Su prolífica obra ha sido traducida al francés, italiano e inglés.-

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