Entrevista
Ana Carla Fonseca: Guayaquil
puede reencontrarse
fuera del Malecón
Claudia
Furiati Páez | @festilectura
Recientemente,
esta estudiosa del fenómeno de lo creativo como capital propulsor del activismo
ciudadano, fue parte de los invitados del II Encuentro Internacional de
Investigación en Artes de la Universidad de las Artes (UArtes)
Más
de quince años en el ejercicio de investigar y vivenciar el nuevo paradigma
económico que señala a “la capacidad humana como el activo más importante para
generar diferenciación y valor añadido” en desarrollo sostenible, acreditan a
Ana Carla Fonseca para reflexionar sobre ciudades creativas. De allí la
iniciativa de la organización de las jornadas de ILIA 2017 (Universidad de las
Artes) para invitarla como expositora, a fin de intercambiar sobre esta
tendencia global junto a académicos, creadores y estudiantes, buscando vincularla
al devenir urbanístico y de convivencia de la llamada Perla del Pacífico. Con
ella sostuvimos un diálogo de repaso a su exposición y arriesgamos algunas
ideas retadoras para un Guayaquil inclusivo.
Para
Fonseca el apelativo “creativo” más que un adjetivo irreductible, que opera
como camisa de fuerza (al igual que otros como “inteligente”, “verde”, “innovador”),
lo emplea a manera de “brújula para buscar otras posibilidades que correspondan
más a nuestros contextos”, en referencia a Latinoamérica. En ese sentido,
aclara que cuando se habla de “ciudades creativas” se refiere a aquellos
procesos transformadores impulsados desde y por los habitantes de esas urbes. Es aquí en esta práctica colectiva lo que le diferencia
de un mero ejercicio de marketing publicitario para atraer turistas a la
ciudad, como ha sucedido con algunas narrativas globales importadas sin
beneficio real para sus moradores (megaevento + urbanismo + turismo). No en
balde este es uno de los aspectos que Fonseca
profundizó como capítulo de su tesis doctoral en urbanismo en la Universidad de Sao Paolo (Brasil) y en el estudio del
fenómeno en la última década junto a otros expertos de naciones tan disímiles
como Taiwan, Noruega, Suráfrica, México, que experimentaban movidas ciudadanas auténticas
e innovadoras. “Si todo queda en comunicar
un eslogan nada importa, para ser efectivo el cambio ha de producirse desde
dentro hacia afuera; hablamos de un proceso de transformación urbana que por default debe producirse con la
participación ciudadana y mediante una política pública que lo haga sostenible”.
La
también asesora de Naciones Unidas destaca tres elementos que hacen posible la
ciudad creativa: 1) la innovación (tecnológica y social); 2) la conexión (entre
zonas de la ciudad, entre actores sociales y públicos distintos, entre pasado y
futuro); y 3) la cultura, concebida más allá de las artes tradicionales,
incorporando las expresiones auténticas que singularizan a cada entidad. Son
tres elementos motorizados por tres actores clave del proceso: sociedad civil,
sector público y empresariado. Y si bien, es uno de ellos el que pudiera catalizar
el cambio (una iniciativa ciudadana, una política pública, un proyecto privado)
es la convergencia de los tres la que cristalizará la creatividad de una urbe.
“Para que la ciudad se transforme hay que creer en la auto transformación y
ello pasa por fortalecer la autoestima de sus ciudadanos”, explica.
El malecón, una herida
La
autovaloración del ciudadano es siempre un aspecto vital en sus exploraciones
previas a planificar proyectos de innovación en ciudades. Recuerda el caso del
balneario Paraty (EcoFestival)
y Sao Paulo (Sampa
Criativa), ciudades brasileras en las que un equipo de profesionales impulsó
experiencias que partieron de la consulta a moradores: ¿qué querían para su
ciudad? y ¿qué harían por ella? Esas mismas inquietudes emergen en la respuesta
de Ana Carla Fonseca ante nuestra invitación de hacer un ejercicio de visualización
creativa para Guayaquil. Y advirtiendo que apenas contaba con 36 horas de
intercambio con los guayaquileños y su ciudad, aceptó el desafío.
Identifica
lo acontecido al malecón principal de Guayaquil, otrora Simón Bolívar, Calle de la
Orilla o Paseo de las Colonias, como
una “herida abierta” para la ciudad causada por el proceso modernizador al que
fue sometido, al principio de este nuevo milenio. “Haber pasado de ser un espacio
público y de encuentro, legado patrimonial de distintas colonias de inmigrantes
(española, Italiana, china, árabe), a otro privatizado y con restricciones,
marcó a la memoria del ciudadano y encierra una gran carga simbólica”, remarca.
Es lo que ella denomina el “mapeo afectivo” desde las vivencias de sus
moradores.
Para
Fonseca la contrapartida al Malecón 2000 sería un “Fuera del Malecón” (Off Malecón) donde “la gente pudiera
sentarse en la grama, sacarse la remera porque siente calor, abrazarse, patinar
y conducir bicicletas (en rutas identificadas), toda una movida para que los
ciudadanos de Guayaquil se reencuentren. Pero para tener convergencia hay primero
que tener muy claro cuáles son los puntos de distancia”, refiriéndose a las
posturas y diferencias de los sectores que han de participar en la iniciativa.
Y
arriesgando más, la también investigadora de la Fundación Getulio Vargas
(Brasil), recuerda lo previamente apuntado durante su ponencia en el Encuentro
ILIA, el rol activo al que están llamados los artistas en la dinamización de
ideas como ésta, más cuando se trata de servidores públicos, comprometidos con la acción social. “Cada uno de
nosotros, como actor de cambio, debe extender su mirada más allá de su ámbito y
de su límite; para ello propondría temáticas arriesgadas: por ejemplo un seminario
de startups culturales
(emprendimientos), y si bien algunos les hará temblar sus cimientos de
pensamiento, otros dirán ¿por qué no? Se trata de proponer temas muy controversiales
de propósitos, para así reconectar a la ciudad. Es dejar de lado los puntos polémicos,
para escuchar al otro. En nuestros países latinoamericanos sufrimos de grandes
polarizaciones y nadie tiene el monopolio de la virtud. Es imperioso encontrar un
punto medio”, reafirma con la experiencia que le ha brindado el intercambio y
la vivencia en una treintena de países de los cuatro continentes (i).
Veta
de soluciones **
Los
emprendimientos e investigaciones de Ana Carla Fonseca, pueden consultarse en garimpodesolucoes.com.br sitio web
de la organización que dirige en la concepción de proyectos asociados a la
inteligencia creativa aplicada a la urbe. El más reciente, OpenCityLab.com.br una plataforma para la articulación
de emprendimientos brasileros de impacto urbano positivo: asociados a
ordenanzas, vivienda, infraestructura, patrimonio, paisajismos.
** Info para recuadro
Tendencias
2050:
-
Para el 2050 Ecuador
habrá incrementado a un 75% su población urbana, lo que desafía formar sus
talentos
-
En la era digital, las
actividades sin valor añadido (ausentes de creatividad), colmarán la
cotidianidad
-
La industria creativa,
especialmente en artes escénicas, visuales y musicales, será menos vulnerable a
la automatización en las economías emergentes
-
La creatividad forma
parte, junto a la flexibilidad cognitiva, visualización y razonamiento
matemático, de las aptitudes epistemológicas a cultivar en el profesional del
futuro
Fuente: TheRiskReport 2017| Banco
Mundial y Análisis de Ana Paula Fonseca
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