Rafael
Cadenas:
El
lenguaje tiene la tarea
de enfrentarse a la neolengua
Claudia
Furiati Páez | @festilectura
Desde el secular paraninfo salamanquino donde
Unamuno desplegara su “instinto de charla”, el poeta venezolano le evocó para
agradecer el galardón que le distingue como el mayor exponente de la lírica de
habla hispana 2018, a la par que clamar por la urgencia de retornar a Venezuela
a la normalidad democrática
Especial CP.-
En el acto solemne celebrado el pasado martes 23 de octubre en el marco del 800
aniversario de la Universidad de Salamanca y presidido por su majestad, Sofía
de España, el escritor Rafael Cadenas (Venezuela, 1930) hizo gala de su
condición de catedrático, oficio que por décadas ha ejercido en su natal Venezuela y otras
geografías, junto a su ars poética,
para hablar desde y en torno al lenguaje.
Siendo éste tema recurrente de su obra ensayística e instrumento
poderoso de su verso despojado y vital, Cadenas exaltó una vez más su fuerza
humanizadora y por tanto el riesgo que representa para el individuo y su libre
albedrío el que el idioma sea coartado por los absolutismos. Y esa misión
política del lenguaje le resulta impostergable, “ya que tiene la enorme tarea
de en enfrentarse a la neolengua de todo totalitarismo, un peligro para los
seres humanos porque los vuelve absolutamente dependientes del Estado”.
Y
en este ámbito de los valores, el laureado autor venezolano apuntó a cuatro
términos para él “principales”: libertad, justicia, democracia, civismo,
honestidad, “los cuales cuando se ausentan de un país tornan muy difícil para
sus ciudadanos el hecho de vivir realmente. Esas palabras además deben
corresponder a lo que designan, sino habría que recurrir a lo que Confucio
llamaba ‘rectificación de los nombres’, que se asemeja a nuestra adequatio. Es que en Venezuela nos urge
instaurar la normalidad, que sólo puede ser democrática”.
En
el caso del Español, lengua materna a la cual ha logrado enaltecer con su obra hoy
distinguida con el máximo galardón de la poesía iberoamericana (primera vez
para Venezuela), refirió al fuerte vínculo que ha hilvanado con la cultura
hispana a lo largo de sus 88 años, especialmente con su literatura. Autores de
la Generación del 27, Rafael Alberti, Federico García Lorca, así como las
“prosías” de Pedro Salinas cautivaron su adolescencia. Ruta de lector lírico
que continuaría con Miguel Hernández “cuya poesía se adhiere tanto a la memoria”
y con León Felipe “quien adelantó en España, como Walt Whitman en Norteamérica,
a la ampliación del poema, hermanándola con la prosa”. Todo un universo de la lengua en Ñ que
posteriormente nutriría sus materias de poesía española dictadas en la
Universidad Central de Venezuela, donde sirvió por más de 40 años.
Otra
impronta indeleble para el autor de “Amantes” y “Cuadernos del Destierro” fue
la dejada por los autores hispánicos del 98, como Antonio Machado, Juan Ramón
Jiménez, José Martínez Ruiz (Azorín) y Miguel de Unamuno, siendo estos últimos
figuras de las letras formadas al fragor de la Universidad de Salamanca. A
Unamuno lo describió como “despertador de almas” que de alguna manera se hizo
presente en el verbo de Cadenas a través de su “instinto de charla”, su
liberalismo y su noción de “intrahistoria” con la que se “resalta a la gente
del común, que no entra en la Historia, pero sostiene todo”. Y justo a ella
recurrió el bardo venezolano para exaltar lo aportado a su país por muchos españoles
anónimos exilados tras la diáspora provocada por la Guerra Civil y posterior a
ella. “Fueron miles y entre ellos vinieron profesores, científicos, escritores
que contribuyeron decisivamente con nuestra cultura”.
Y
de igual manera recordó a los humanistas españoles que desde el destierro
escribieron sus propios cuadernos de esa Historia con mayúscula, no sólo en su
tierra sino en el resto de las Américas: Juan David García Bacca, Pedro Grases,
Manuel García Pelayo, Marco Aurelio Vila, Juan Nuño, Federico Riú, entre otros.
Y los tributa no sólo por estudiar sus escritos, haberse topado con varios en
aulas y pasillos de su escuela de letras “ucevista”, sino por haber compartido
la voz del desarraigo como motor de inspiración. La misma que “resuena” en sus
textos aforísticos, su lirismo, su prosa y especialmente su alma, y es hoy “especulo”
de muchos compatriotas que dejaron y siguen dejando a Venezuela expelidos por
un régimen despótico.
De
allí que para finalizar se refiriera al impacto que tiene el fenómeno de los
nacionalismos: “son abominables, traen odio, conflictos, guerras. Ojalá
aprendamos y optemos por la amistad entre las naciones, por eso he evocado la
que existe entre Venezuela y España, no sin recordarle a los que atacan este
país que lo hacen en español”. Un cierre que fuera refrendado por sostenidos aplausos
de la audiencia y de las autoridades máximas de la cultura española que
presidieron la jornada: la Reina Sofía, Alfonso Pérez de Armiñán, Presidente de
Patrimonio Nacional y Ricardo Rivero Ortega, rector da la Universidad de
Salamanca.-
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“El viento arrastra pétalos
como si no estuvieran
vivos.
El silencio es nuestro
fondo
donde vive lo innombrable
del que venimos y a donde
volvemos.
enseñados a no saber
al fin ver lo originario
Antología “No es mi rostro”
Colección Premio Reina Sofía
Ediciones Universidad de Salamanca, 2018
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RAFAEL
CADENAS
(Barquisimeto, Venezuela, 1930)
“Poeta y profesor de Universidad, artesano del
lenguaje y sus palabras, crítico y siempre defensor del ser humano” en palabras
del rector de la universidad salamanquina Ricardo Rivero Ortega, se resume la
figura de Rafael Cadenas. Ello le ha merecido diversas condecoraciones entre las
que se encuentran el Premio Federico García Lorca de Poesía en 2016, el Premio
Nacional de Literatura de Venezuela en 1985, o el Premio de Literatura en
Lenguas Romances de la FIL Guadalajara en 2009. Siendo sus principales
publicaciones: Los cuadernos del destierro (1960 y 2001); Derrota (1963);
Falsas maniobras (1966); Memorial (1977);
Amantes (1983 y 2002); En torno al lenguaje (1985); Gestiones (1992); Apuntes
sobre San Juan de la Cruz y la mística (1998); así como la edición de su obra
completa, tanto en poesía como en prosa (2000 y 2007). A ello se suma la recién
presentada Antología “No es mi rostro” (2018). Su prolífica obra ha sido traducida
al francés, italiano e inglés.-
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