La Ejecución del Poder
o el Poder de la Ejecución
(desde las artes visuales...)
David De los Reyes
Serie I
1
Caso de la Grecia Antigua:
Los amantes Aristogitone y Harmodius matan al tirano Hiparco en la Atenas del siglo VI. BC, vaso griego (stamnos) del siglo V a.n.e..
2
Juicio de Brujas de Salen, 1692
Aplastamiento, el brutal método de tortura y ejecución medieval. Durante miles de años, los acusados fueron sometidos a presión o aplastamiento hasta la muerte, Gráfica Anónima. Siglo XVII:
3La muerte de Francisco Pizarro, óleo, 1878 del pintor español Manuel Ramírez (Museo del Prado)
Francisco Pizarro, conquistador y tirano del Perú, no llegó a tener una anhelada tranquilidad al final de su vida. Corría el domingo de la mañana del 26 de junio de 1541 y un grupo opositor, cercano a otro conquistador, Diego Almagro, lo buscaban para “hacer justicia”. Su condena de muerte es causada por la condición de vida en que tenía a los “almagristas”, quienes vivían en una absoluta miseria y carencias en la ciudad de Lima (fundada por el mismo Pizarro). Tal situación contrastaba con la vida de lujo y fasto que llevaban los partidarios del gobernador. Ese domingo, sin salir de casa para ir a escuchar misa en la catedral y quedándose almorzando con unos amigos, llegó el grupo de rebeldes encabezados por Juan de Herrada, comendador del difunto Diego Almagro. Al dirigirse al palacio de gobernación gritaban “¡Viva el Rey y mueran los Tiranos!”. Para contrarrestar al complot, los amigos y guardias de Pizarro bajaron por las escaleras al piso inferior donde fueron rápidamente asediados y asesinados, no sin antes dar una fuerte pelea contra ellos Francisco Pizarro. Los atacantes que se abalanzaron sobre Pizarro para acabar con su vida le superaban en número. El conquistador mató a tres de los insurgentes, antes de que le asestaran la última estocada.
En la autopsia realizada por el antropólogo forense Edwin Greenwich Centeno en 2007, se llegó a la conclusión de que Pizarro murió con al menos veinte heridas de espada.
4"Los Comuneros, Padilla, Bravo y Maldonado ante el patíbulo" (1860) por el pintor español Antonio Gisbert (1834-1901)
Gisbert, pintor entre el romanticismo y el realismo histórico del siglo XIX, representó esta ejecución de los líderes comuneros Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, que en su momento fue un alegato político en defensa de las libertades. El acto luctuoso se llevó a cabo el 24 de abril de 1521, en la localidad de Villalar, después de una ardua batalla entre ellos y las huestes de la corona. Esta rebelión esta contra el nuevo régimen del rey recién puesto de Carlos I de España. Habían obtenido el permiso para una Constitución por parte de la Reina Juana I.
La situación transcurre en Castilla por motivo de la muerte de la reina Isabel, el 26 de noviembre de 1504. Sus descendientes directos y actos para asumir el mando, de la casa de los Reyes Católicos, habían muerto. Así fue el caso de su primogénita Isabel y de su hijo Don Juan de Aragón. El trono recayó en su tercera hija, la cual no tenía mayor interés en la política, Juana I de Castilla (conocida popularmente por “Juana la Loca”), que lo asume junto a su esposo Felipe El Hermoso, archiduque de Austria.
En el cuadro nos encontramos con el cuerpo decapitado de Juan Bravo, subiendo al cadalso Francisco Maldonado molesto por la presencia del fraile, y el resignado Juan de Padilla, con los brasos entecrusados esperando su fatum final.
El tema de la Batalla de Villalar no fue de interés para los pintores de hechos históricos. Gisbert asume el reto. La obra sería adquirida por el Estado español con un costo de 80000 reales y está expuesta en el Congreso de los Diputados de España.
Francisco Pizarro, conquistador y tirano del Perú, no llegó a tener una anhelada tranquilidad al final de su vida. Corría el domingo de la mañana del 26 de junio de 1541 y un grupo opositor, cercano a otro conquistador, Diego Almagro, lo buscaban para “hacer justicia”. Su condena de muerte es causada por la condición de vida en que tenía a los “almagristas”, quienes vivían en una absoluta miseria y carencias en la ciudad de Lima (fundada por el mismo Pizarro). Tal situación contrastaba con la vida de lujo y fasto que llevaban los partidarios del gobernador. Ese domingo, sin salir de casa para ir a escuchar misa en la catedral y quedándose almorzando con unos amigos, llegó el grupo de rebeldes encabezados por Juan de Herrada, comendador del difunto Diego Almagro. Al dirigirse al palacio de gobernación gritaban “¡Viva el Rey y mueran los Tiranos!”. Para contrarrestar al complot, los amigos y guardias de Pizarro bajaron por las escaleras al piso inferior donde fueron rápidamente asediados y asesinados, no sin antes dar una fuerte pelea contra ellos Francisco Pizarro. Los atacantes que se abalanzaron sobre Pizarro para acabar con su vida le superaban en número. El conquistador mató a tres de los insurgentes, antes de que le asestaran la última estocada.
En la autopsia realizada por el antropólogo forense Edwin Greenwich Centeno en 2007, se llegó a la conclusión de que Pizarro murió con al menos veinte heridas de espada.
4"Los Comuneros, Padilla, Bravo y Maldonado ante el patíbulo" (1860) por el pintor español Antonio Gisbert (1834-1901)
Gisbert, pintor entre el romanticismo y el realismo histórico del siglo XIX, representó esta ejecución de los líderes comuneros Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, que en su momento fue un alegato político en defensa de las libertades. El acto luctuoso se llevó a cabo el 24 de abril de 1521, en la localidad de Villalar, después de una ardua batalla entre ellos y las huestes de la corona. Esta rebelión esta contra el nuevo régimen del rey recién puesto de Carlos I de España. Habían obtenido el permiso para una Constitución por parte de la Reina Juana I.
La situación transcurre en Castilla por motivo de la muerte de la reina Isabel, el 26 de noviembre de 1504. Sus descendientes directos y actos para asumir el mando, de la casa de los Reyes Católicos, habían muerto. Así fue el caso de su primogénita Isabel y de su hijo Don Juan de Aragón. El trono recayó en su tercera hija, la cual no tenía mayor interés en la política, Juana I de Castilla (conocida popularmente por “Juana la Loca”), que lo asume junto a su esposo Felipe El Hermoso, archiduque de Austria.
En el cuadro nos encontramos con el cuerpo decapitado de Juan Bravo, subiendo al cadalso Francisco Maldonado molesto por la presencia del fraile, y el resignado Juan de Padilla, con los brasos entecrusados esperando su fatum final.
El tema de la Batalla de Villalar no fue de interés para los pintores de hechos históricos. Gisbert asume el reto. La obra sería adquirida por el Estado español con un costo de 80000 reales y está expuesta en el Congreso de los Diputados de España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario