Theowald D’Arago
NI ARTISTA, NI FILÓSOFO, ANIMAL HUMANO...
La Alétheia, el desocultamiento- la revelación, “la luz”, la búsqueda de lo verdadero- (el uso griego de la palabra Alétheia tomó este camino: de la franqueza con la que alguien dice a otro lo que piensa sin encubrirlo con la mentira, el callarse o el eufemismo).
Finalmente y sincerándonos, a mí, no me interesa ni la filosofía ni el arte (poiesis), por ellos mismos (fenómenos antropológicos), sino por la develación del SER a través de los existentes, su manifestación-la EXISTENCIA... DESDE LA PHYSIS (el engendrar y el emerger) EL ENIGMA, esa es mi real y verdadera preocupación y ocupación...
“Del ser no se puede tener nunca prensión plena sino sólo la PALABRA REMEMORACIÓN, huella, recuerdo.”(Pag. 22 Más allá del Sujeto, J. Váttimo.
Por eso he aquí mis palabras...
Decíamos que Nietzsche en el Libro del Filósofo (1) (obra póstuma) señala: “Se requiere fuerza artística contra la historiografía icónica, contra las Ciencias de la Naturaleza.
¿Qué debe hacer el Filósofo?
Acentuar el problema de la existencia, sobre todos los problemas eternos, en medio del hormigueo.
El Filósofo debe reconocer lo necesario y el artista, crearlo (Aunque a nuestro juicio, el verdadero filósofo y el verdadero artista – poeta-realizan las dos acciones). El Filósofo debe compenetrarse profundamente con el sufrimiento universal. Como los viejos filósofos griegos, cada uno expresa una necesidad. Allí, en esta laguna, inserta su sistema, construye su mundo.
El Filósofo instala su sistema en una cultura que le necesita, al igual que el artista crea su mundo de Arte (de hacedor) en el pueblo y en la época que se le espera, de un modo inconsciente. El Artista y el Filósofo piensan y crean a escala de la cultura; no producen más que en la medida de que ésta tiene necesidad de su obra. Así el sujeto individual, carece de voz en materia de arte y filosofía.
Como tantas veces hemos repetido: Potencialmente artistas somos todos. El Arte es una cualidad del Hombre, hacer e interpretar, producir, crear, es la condición que nos hace hombres, lo cual quiere decir también, potencialmente artistas y filósofos.
(2) “¿Qué relación con el Arte mantiene el Filósofo? O mejor dicho ¿Qué hay de Arte en la Filosofía? ¿La obra de Arte? ¿Qué queda una vez destruido un sistema como ciencia?... Lo que queda es lo que debe dominar al instinto del saber, es decir lo que hay de artístico..., poético, productivo, creador.
¿Por qué es imprescindible una sujeción de ese tipo? Porque desde un punto de vista científico es una ilusión, una no-verdad, lo que engaña al instinto de conocimiento y lo satisface sólo de un modo provisional. En esta satisfacción el valor de la Filosofía no radica en la esfera del conocimiento, sino en la esfera de la vida. La Filosofía (al igual que el Arte) se sirve de la voluntad de existencia con la finalidad de una forma superior de existencia”... (3) “Existe una gran perplejidad a la hora de decidir si la Filosofía es un Arte o una Ciencia (Nietzsche quiere y nosotros con él, convertir a la Filosofía en un elemento rector superior a la ciencia y el arte, que de lugar a la ciencia pero cuyo residuo es fundamentalmente Arte, póyesis. Es arte en sus fines y en su realización, pero comparte con la ciencia el medio, la representación (para nosotros presentación) mediante conceptos. Es una forma de Arte (“técnica”) poética (productora-creadora)...
No se la debe clasificar (ordenar por clases), por lo cual deberíamos encontrar y caracterizar una categoría.
La fisiografía del filósofo.
Conoce poetizando y poetiza conociendo”
El conocer poetizando, no es más que la búsqueda de la verdad –es-, a través del porqué de las cosas (Alétheia, desocultamiento), produciéndolas, creándolas; y poetizar conociendo es producir verdadeando.
(4) “El filósofo. El Concepto de Filósofo y sus tipos.
¿Cuál es el elemento común a todos ellos?
O es producto de su cultura ó es hostil a la misma.
Es contemplativo como los artistas, compasivo como el religioso, lógico como el científico. Trata de hacer vibrar en sí mismo, todos los tonos del mundo y de reproducir fuera de sí, en conceptos, esta armonía. El hincharse hasta el macrocosmos y también la observación reflexiva. Como el actor o el dramaturgo que se metamorfosea y al mismo tiempo tiene conciencia de proyectarse al exterior”. El artista hace lo mismo, pero sus “conceptos” son la apertura que la poiesis hace con cada obra de arte.
Parodiando a Marcel Duchamp dijimos que el Arte en el futuro3No será más, que filosofía por analogía, y reiteramos; ¿Arte? Filosofía.
¿Filosofía? Arte...
Hacemos esta reintroducción, para volver a puntualizar nuestro interés poético (artístico-filosófico), la Filosofía como Arte... Poiesis, y en esta cita particular sobre la guerra y el artista (y el arte), realizarla, como nuestro trabajo suele hacerlo, desde el universal como pensador, pero desde el poetizar como condición humana... Interpretador-hacedor. Y hemos titulado nuestra ponencia ¿Pólemos o Seducción?
Así, recordando al viejo Heráclito (5), una vez más en su fragmento 53 (Plutarco refutación de todas las herejías, IX, 94.) “La guerra es padre de todas las cosas y de todas es rey, y a unos los mostró como dioses, a otros como hombres; a unos los hizo esclavos, a otros libres”.
Heráclito también nos dice en el fragmento 8 (6) “lo contrario se pone de acuerdo con lo diverso la más hermosa armonía, pues todas las cosas se originan en la 5discordia”.
Con esto podemos hacer la primera afirmación, que, por el hecho de existir la discordia, equivalente a afirmación-negación, son posibles el mundo real y el conocimiento. Todo esto a través de la poiesis (El Arte).
(7)En el fragmento 51 Heráclito continúa: “los hombres ignoran que el universo está de acuerdo consigo mismo.”
Y de no pensar así nos quedaríamos en el flujo solamente, sin poder entender que la igualdad está en la diferencia.
Por eso el pensamiento heracliteano plantea que sin discordia, sin guerra, sin tensión no habría ni cosas ni realidades experimentables (nada) con lo cual podemos afirmar según nuestro filósofo que el movimiento es la Modalidad del SER, el devenir, el ser mismo la modalidad del estar, de la existencia misma.
(8) En el fragmento 80 Heráclito señala “debemos saber que la guerra es común a todos y que la discordia es justicia, que todas las cosas se engendran en discordia y necesidad”. Esto sería la ley íntima que rige la dialéctica del movimiento de esta modalidad.
El placer está en la diversidad. Al pasar de un contrario a otro, degustamos lo que anhelamos en nuestras expectativas.
Pero poetizando nos preguntamos, produciendo, imaginando.
¿Pero ese placer y esa degustación es un querer, una voluntad de poder, como diría el maestro Nietzsche? Según Baudrillar la seducción vela sin parar para destruir el orden divino-venga este de la producción, la poiesis, la condición propia del todo, la voluntad de poder, la fisiología universal, el querer querer o del deseo. La Physis, ese engendrar y emerger permanente entre contrarios u opuestos pareciera no ser tan rigurosamente racionalista como la metafísica de Platón y la de Aristóteles nos legan, sino Seductora, lo que nos pasa es que como nos dice El Efesio en su fragmento Uno (9) “No obstante que este logos es siempre verdadero, sin embargo los hombres son incapaces de comprenderlo cuando lo oyen por primera vez, y aún después de haberla oído en alguna forma. Porque a pesar de que todas las cosas están sometidas al devenir de acuerdo a este Logos, parece como si los hombres no tuvieran de ello ninguna experiencia, cuando se mencionan palabras tal como lo expongo, dividiendo a cada una de las cosas de acuerdo a su clase y manifestando cómo es verdadero. Pero otros hombres ignoran lo 9que hacen cuando están despiertos como así olvidan lo que hacen en el sueño”..
En la interpretación que podemos hacer en la doctrina de los opuestos o teoría de los contrarios nos encontramos con la inestabilidad del SER. Por la carencia de estabilidad de éste e identificación de los contrarios como nos explica Gompertz; todo con miras a destacar el principio de la relatividad de las propiedades que informa tanto a los individuos como a las sociedades... El problema que se nos presenta es el de encontrar finalmente un principio de coexistencia de los contrarios, es ahí donde nosotros insertamos lo que llamaríamos (sin temor a ser prosaicos) el PRINCIPIO DE LA SEDUCCIÖN, sin por eso ver sólo en ésta maleficio, artificio, magia negra de perversión de todas las verdades, como diría Baudrillard; pués La Seducción mas que ser una estrategia de las apariencias que se sitúa más allá de todo movimiento para subvertir, es el principio mismo, como hemos dicho, de toda relación entre opuestos o contrarios, pués de eso se trata. Es ahí desde donde parte nuestra proposición estética que hemos denominado LA ESTÉTICA DEL “DES-RIGOR”, todo es azaroso y necesario, el azar es necesario- la necesidad es azarosa... RIGUROSAMENTE.
Juego maravilloso, el de rechazo y atracción entre opuestos, juego de la seducción, como diría Anaxágoras, de amor y odio que se nos hace manifiesto hasta o desde las partículas subatómicas, los cuantos, pasando por todos los seres animados o no (que para nosotros son lo mismo) hasta llegar a los animales.
(10) “En los animales es donde la seducción adquiere la forma más pura, en el sentido de que en ellos el alarde seductor aparece como grabado en el instinto, como inmediatizado en comportamientos reflejos y Adornos naturales...”
Sin embargo La Seducción en nosotros el animal humano, está moralizada desde sus inicios, pues además de significar atractivo. Sino. Encanto. Seducir del latín seducere, es hacer caer en un error o pecado (tentar).
Nos dice Baudrillard (11) “¿Se puede imaginar una teoría que tratara de los signos en cuanto a su atracción seductora, y no en cuanto a su contraste o a su oposición? ¿Qué rompiera definitivamente su carácter especular del signo y la hipoteca del referente? ¿Dónde todo se ventilaría entre los términos de un duelo enigmático y una reversibilidad inexorable?
Supongamos que todas las grandes oposiciones distintivas que ordenan nuestra relación con el mundo estén atravesadas por la seducción en lugar de estar fundadas en la oposición y en la distinción. Que no sólo lo femenino seduce a lo masculino, sino que la ausencia seduce a la presencia, que el frío seduce al calor, que el sujeto seduce al objeto, o al contrario, claro: pues la seducción supone ese mínimo de reversibilidad que pone fin a cualquier oposición determinada y en consecuencia a cualquier semiología convencional. Hacia una semiología inversa.
Se puede imaginar (¿pero porqué imaginar? Es así) que los dioses, los hombres, en lugar de estar separados por el abismo moral de la religión, empiezan a seducirse y ya no mantienen más que relaciones de seducción –ha pasado en Grecia. Pero quizás ocurre también con el bien y el mal, y lo verdadero y lo falso, y todas esas grandes distinciones que nos sirven para cifrar el mundo y mantenerlo bajo el sentido, todos esos términos cuidadosamente acuartelados a costa de una energía enorme- sin embargo, la mayoría de las veces esta implosión es lenta y se hace por desgaste de los términos. Es a lo que asistimos hoy: a la erosión lenta de todas las estructuras polares a la vez, hacia un universo en trance de perder el relieve mismo del sentido. Desimbuido, desencantado, desafectado: terminado el mundo como voluntad y representación.
Pero esa neutralización no es seductora. La seducción es lo que precipita los términos uno hacia el otro, lo que les reúne en su máximo de energía y de encanto, y no lo que les confunde en su mínimo de intensidad.
Supongamos que por doquier se ponen a actuar relaciones de seducción ahí donde hoy actúan relaciones de oposición. ¿Imaginamos este relámpago de la seducción fundiendo los circuitos transistorizados, polares o diferenciales, del sentido? Hay muchos ejemplos de esta semiología no distintiva (es decir, que ya no lo es): los elementos de la cosmogonía antigua no entran en absoluto en una relación estructural de clasificación (agua/fuego, aire/tierra, etc.), no eran elementos distintivos, sino atractivos y se seducían el uno al otro: el agua seduciendo al fuego, el agua seducida por el fuego.
Esta especie de seducción es aún muy fuerte en las relaciones duales, de jerarquía, de casta, no individualizadas, y en los sistemas lógicos de diferenciación. Y sin duda también los encadenamientos lógicos del sentido siempre son trabajados por los encadenamientos analógicos de la seducción –como una inmensa ocurrencia que une de un sólo trazo los términos opuestos. Circulación secreta, bajo el sentido, de analogías seductoras.
Pero no se trata de una nueva versión de la atracción universal. Las diagonales, o las transversales de la seducción si bien pueden quebrar las oposiciones de términos, no llevan a una relación de fusión o de confusión (Eso es la mística), sino a una relación plural, no una fusión mística del sujeto o del objeto, o del significante y del significado, o de lo masculino y de lo femenino, etc., sino una seducción es decir, una relación plural y agonística.
Un espejo cuelga de la pared opuesta
Ella no piensa en él
Pero sí el espejo en ella.
(Diario de un seductor.)”
Kirkegard.
La seducción no es mística como hemos pretendido, sino ENIGMÁTICA, no es no-dualidad indiferenciada como creíamos, no, ES PLURAL, que es finalmente lo que genera el “equilibrio”... Todo es estético y erótico, seductor y seducible...
No podemos cerrar la gestalt de este trabajo por varias razones, primero porque no podemos fusilarnos parte de esta obra de Baudrillard (no se lo merece ni él, ni ustedes ni yo), además diferimos en muchas de sus acepciones porque sentimos que (por lo menos hasta cuando él realiza esta obra hace mas de veinte años) tiene una tácita nostalgia por la modernidad, la de la seguridad que nos daba la metafísica y su idealismo desde Platón y sistematismo desde Aristóteles hasta Kant y Hegel, y tercero porque sería negar nuestra propia proposición LA ESTÉTICA DEL “DES-RIGOR” que como todo juego, a pesar de tener reglas (no así leyes), su “telos” es azaroso y necesario, necesario y azaroso....RIGUROSAMENTE.
Nov. 2003
1 Federico Nietzsche, 2000. España Taurus
2 Aforismo 48. Opus Cit. pag. 29.
3 Opus Cit. pag.32
4. Opus cit. pag. 35
5 Parménides. Heráclito. Fragmento 1975, Ediciones Orbis Aguilar. Argentina
6. Opus. Cit pag. 198
7. Opus cit. pag. 219
8 Opus Cit. pag. 78
9 Opus Cit. pag. 99
10 Pag. 86 De la Seducción. Jean Baudrillard Ediciones Cátedra 1984. Madrid España
11 Opus Citada pag. 100-101.
Advertencia: Este artículo es de dominio público. Agradecemos que sea citado con nuestra dirección electrónica:www.filosofiaclinicaucv.blogspot.com
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