La Energía Nuclear
y la Gestión de sus Residuos
David De
los Reyes
Gerhard Richter. Pintura Abstracta (726), 1990. Tate
La
energía nuclear ha sido una fuente significativa de electricidad en muchas
partes del mundo, contribuyendo a la matriz energética global. Sin embargo, su
uso conlleva la generación de residuos nucleares, cuya gestión representa uno
de los mayores desafíos ambientales y de salud pública. La cifra de
aproximadamente 370,000 toneladas de residuos de uranio producidos por
reactores nucleares se basa en estimaciones de varias organizaciones y estudios
sobre energía nuclear. Algunas de las fuentes más relevantes incluyen la Agencia Internacional de Energía Atómica
(AIEA), que publica informes sobre el estado de la energía nuclear y la gestión
de residuos nucleares, proporcionando datos actualizados y análisis sobre la
situación global de estos residuos¹. También la World Nuclear Association (WNA) ofrece estadísticas y análisis
sobre la producción de energía nuclear y los residuos generados, ofreciendo una
visión clara de la magnitud del problema². Adicionalmente, diversos informes de
investigación académica analizan la cantidad de residuos nucleares generados a
lo largo de las décadas, destacando las variaciones en las cifras debido a
diferentes métodos de cálculo y definiciones de "residuos de
uranio"³. Es importante señalar que las cifras exactas pueden variar según
el método de cálculo y la definición de "residuos de uranio". Para
obtener datos precisos y actualizados, se recomienda consultar directamente los
informes de estas organizaciones.
Los
residuos nucleares, incluidos los residuos de uranio, se almacenan en varios
lugares alrededor del mundo. Muchos reactores nucleares almacenan sus residuos
en contenedores en el mismo sitio donde se genera la energía. Esto incluye
tanto el combustible usado como otros residuos radiactivos. Un ejemplo de esto
son las instalaciones de almacenamiento en seco, donde el combustible gastado
se coloca en contenedores de acero y hormigón, comunes en muchos países. Este
método permite una gestión temporal de los residuos hasta que se decida su
destino final.
Las
instalaciones de almacenamiento intermedio están diseñadas para almacenar
residuos nucleares de manera segura por períodos prolongados antes de su
disposición final. Un ejemplo notable es la instalación de almacenamiento de
residuos en Cernavodă, Rumania⁴. Además, se están desarrollando o planificando
depósitos geológicos profundos para el
almacenamiento a largo plazo de residuos de alta actividad. Estos depósitos están diseñados para contener los residuos
durante miles de años.
Proyectos como el de Yucca Mountain en Estados Unidos, aunque actualmente en
debate, y el depósito de residuos de alta actividad en Finlandia, conocido como
Onkalo, son ejemplos de tales iniciativas⁵. Por
otro lado, algunos países
utilizan sitios de almacenamiento temporal mientras se desarrollan soluciones
de almacenamiento a largo plazo. Un ejemplo de esto último es el sitio de
Sellafield, en el Reino Unido, que ha sido crucial en la gestión de residuos
nucleares en esa región⁶. En cuanto a la localización global, la gestión de residuos nucleares varía
significativamente entre países. En Estados Unidos, el almacenamiento de
residuos nucleares se gestiona en varios sitios, incluyendo el mencionado Yucca
Mountain y otros lugares temporales. Francia, por su parte, tiene una política
activa de gestión de residuos nucleares, con instalaciones como La Hague que
desempeñan un papel fundamental en el manejo de estos materiales⁷. Suecia
está desarrollando un depósito geológico profundo en Forsmark,
mientras que Alemania tiene varios sitios de almacenamiento temporal y está en
proceso de decidir sobre el almacenamiento a largo plazo⁸.
En el
contexto global de la gestión de residuos nucleares, cada país enfrenta
desafíos únicos y ha adoptado enfoques distintos para abordar este problema.
China, por ejemplo, ha establecido un marco fuerte en seguridad para la gestión
de residuos nucleares, que incluye el desarrollo de depósitos geológicos
profundos. Este país ha reconocido la importancia de una gestión segura y
sostenible de los residuos, y su enfoque se centra en la investigación y la
implementación de tecnologías avanzadas para garantizar que los residuos
nucleares se manejen de manera efectiva y segura. La World Nuclear Association destaca que China está invirtiendo
considerablemente en infraestructura para el almacenamiento y la disposición
final de estos residuos, lo que refleja su compromiso con la seguridad nuclear
y la protección del medio ambiente⁹.
India
también ha desarrollado un enfoque integrado para la gestión de residuos
nucleares. Este país recicla una parte significativa de su combustible nuclear,
lo que no solo reduce la cantidad de residuos generados, sino que también
maximiza la eficiencia de sus recursos nucleares. La Comisión de Energía Atómica de India ha implementado políticas que
promueven la investigación en tecnologías de reciclaje y reutilización, lo que
contribuye a una gestión más sostenible de los residuos radiactivos. Este
enfoque no solo aborda la necesidad de reducir el volumen de residuos, sino que
también busca minimizar el impacto ambiental de las actividades nucleares en el
país¹⁰.
En
Pakistán, la situación es un poco más compleja. El país ha desarrollado un
marco para la gestión de residuos nucleares, pero enfrenta desafíos
significativos en su implementación. La Autoridad
Reguladora Nuclear de Pakistán ha trabajado en la creación de políticas y
procedimientos para la gestión de residuos, pero la falta de recursos y la
infraestructura limitada han dificultado la plena realización de estas
iniciativas. A pesar de estos desafíos, Pakistán sigue comprometido con la
mejora de sus capacidades en la gestión de residuos nucleares, buscando apoyo
internacional y cooperación para fortalecer su marco regulatorio y operativo¹¹.
Irán ha
establecido políticas para la gestión de residuos nucleares, a pesar de las
sanciones internacionales que enfrenta. La Agencia
Internacional de Energía Atómica ha trabajado con Irán para desarrollar
capacidades en la gestión de residuos, lo que incluye la capacitación de
personal y la mejora de las instalaciones de almacenamiento. Irán ha enfatizado
la importancia de una gestión adecuada de los residuos nucleares como parte de
su programa de energía nuclear, destacando su compromiso con la seguridad y la
sostenibilidad en el uso de la energía nuclear¹².
Por
último, Israel adopta un enfoque cauteloso en la gestión de residuos nucleares.
El país ha desarrollado políticas específicas que abordan la gestión de
residuos radiactivos, centrándose en la investigación y el desarrollo de
tecnologías que minimicen la generación de residuos y mejoren su gestión. La Comisión de Energía Atómica de Israel ha
implementado programas para asegurar que los residuos nucleares se manejen de
manera segura y responsable, en línea con los estándares internacionales y las
mejores prácticas en la industria nuclear¹³.
Ante lo
dicho anteriormente podemos decir que la gestión de residuos nucleares es un
desafío multifacético y de una gran responsabilidad con el planeta en general y
en relación con las generaciones futuras. Esta peligrosa realidad atómica
latente requiere de un enfoque adaptado a las circunstancias y capacidades de
cada país de cara al resto del planeta. Desde la inversión en infraestructura
en China hasta el enfoque integrado de India y los esfuerzos cautelosos de
Israel, cada nación está buscando soluciones que no son las más seguras, pues parecieran abordar el problema desde una
mirada inmediatista y de pocas décadas. Hay que saber que todos estos residuos
tienen una durabilidad de latencia radioactiva de 100 mil años. No es la regla
de ocultar y sólo enterrar estos residuos nucleares para unas décadas o un
siglo, y queda la incertidumbre de si realmente se puede promover la
sostenibilidad y la seguridad a largo plazo de estos residuos por estos países
sobre el uso de la energía nuclear.
Además
de los enfoques mencionados, otros países también están desarrollando
estrategias innovadoras para la gestión de residuos nucleares. Los cuales
también enfrentan lo que llaman los expertos “decisiones bajo incertidumbre”. Japón,
por ejemplo, ha enfrentado desafíos significativos tras el desastre de
Fukushima en 2011. La gestión de residuos nucleares en Japón se centra en la
seguridad y la transparencia, con un énfasis en la participación pública en la
toma de decisiones. El país está explorando diversas opciones para el
almacenamiento a largo plazo, incluyendo la posibilidad de depósitos geológicos
profundos. La Agencia de Seguridad
Nuclear de Japón ha estado trabajando en la mejora de sus normativas y en
la implementación de tecnologías que aseguren que los residuos se manejen de
manera segura y efectiva¹⁴.
Canadá
es otro país que ha tomado medidas proactivas en la gestión de residuos
nucleares. La estrategia canadiense incluye el desarrollo de un sistema de
gestión de residuos que abarca desde el almacenamiento temporal hasta la
disposición final. La iniciativa más destacada es el proyecto de un depósito
geológico profundo, que se está planificando para albergar residuos de alta
actividad en un entorno seguro y estable. La Comisión Canadiense de Seguridad
Nuclear está comprometida con la investigación continua y con la consulta
pública para asegurar que las comunidades locales estén informadas y participen
en el proceso de toma de decisiones sobre la gestión de residuos nucleares¹⁵.
Rusia,
por su parte, ha implementado un enfoque integral para la gestión de residuos
nucleares. El país, si bien cuenta con una vasta experiencia en la industria
nuclear y ha desarrollado tecnologías avanzadas para el tratamiento y
almacenamiento de residuos, ha enfrentado accidentes en el manejo de sus
plantas u residuos. Rusia ha establecido instalaciones de almacenamiento a
largo plazo. Pero en los efectos de la radioactividad no hay límite de tiempo
humano para considerar que se está protegido de su influencia. Aunque están
trabajando en la creación de depósitos geológicos profundos, pero habría que
conocer qué tipo de tecnología y protección utilizaran para albergar por miles
de años tal basura radioactiva. Sin embargo, podemos hablar que el gobierno
ruso ha promovido la cooperación internacional en la gestión de residuos
nucleares, buscando compartir su experiencia y aprender de otros países¹⁶.
En
Sudáfrica, la gestión de residuos nucleares, como en todos los países que
tienen reactores nucleares, también se ha convertido en una prioridad. El país
está desarrollando un marco regulatorio que asegure una gestión segura y
responsable de los residuos radiactivos. La Comisión
Nacional de Energía Nuclear de Sudáfrica ha estado trabajando en la
identificación de sitios adecuados para el almacenamiento a largo plazo y en la
implementación de programas de educación y concienciación pública sobre la
gestión de residuos nucleares. Tales planes, aunque de buenas intenciones, no
basta para la latencia del peligro de ese material. Tienen una mirada que busca
presentar un rostro ecológico y ambiental en el resguardo de tal basura atómica.
Sudáfrica busca equilibrar el desarrollo
de su capacidad nuclear con la necesidad de proteger el medio ambiente y la
salud pública¹⁷.
Finalmente,
otro país que está en esta carrera de resguardo de material usado atómico está el
gigante latinoamericano de Brasil. País que está en proceso de establecer un
sistema de gestión de residuos nucleares que incluya tanto el almacenamiento como
la disposición final. Esta nación ha comenzado a desarrollar un depósito
geológico para residuos de alta actividad y está trabajando en la creación de
un marco regulatorio que garantice la seguridad y la protección ambiental. Parten
de la posición de que la participación de la comunidad es fundamental en el
proceso de toma de decisiones, cosa que denota una preocupación política pero
incompleta para la toma de decisiones reales respecto al fenómeno que aquí
tratamos. El manejo de los residuos no pueden ser un motivo político populista.
Sino todo lo contrario. Los especialistas y los responsables del manejo de este
desecho son los que pueden dar una mirada, bajo el manto de la incertidumbre
siempre, respecto al futuro de su resguardo. Volvemos con las buenas pero hipócritas
declaraciones de los personeros del gobierno al decir que Brasil está comprometido
con la transparencia y la educación pública en relación con la gestión de
residuos nucleares¹⁸.
En
resumen, la gestión de residuos nucleares es un desafío global que requiere
soluciones adaptadas a las circunstancias específicas de cada país, pero sobre
todo con la responsabilidad global de sus efectos y control. A medida que el
mundo avanza hacia una mayor dependencia de la energía nuclear, la necesidad de
una gestión segura y eficaz de los residuos se vuelve cada vez más crucial. Los
esfuerzos realizados por países como Japón, Canadá, Rusia, Sudáfrica y Brasil
ejemplifican la diversidad de enfoques y la importancia de la cooperación
internacional en la búsqueda de soluciones sostenibles para la gestión de
residuos nucleares. Pero no se requieren sólo esfuerzos y palabras
ambientalistas y de principios de sostenibilidad, sino realidades concretas y
decisiones puntuales respecto a ese material que puede ser una bomba silenciosa
para el futuro de la humanidad, sin no menos para todo el resto de las especies
vivas del planeta.
Efectos de los Residuos y Productos
Radiactivos
La
gestión de residuos nucleares y los productos derivados del uso de la
radiactividad son temas de vital importancia, no solo por su impacto en la
energía nuclear, sino también por sus efectos a largo plazo en la salud humana
y el medio ambiente. A medida que se profundiza en el estudio de estos residuos,
se hace evidente que su manejo inadecuado puede tener consecuencias
devastadoras.
Efectos en la Salud Humana
Los
residuos radiactivos pueden tener efectos perjudiciales en la salud humana,
dependiendo del tipo de isótopo y la duración de la exposición. Los isótopos
como el cesio-137 (^{137}Cs) y el estroncio-90 (^{90}Sr) son particularmente
preocupantes debido a su capacidad para acumularse en el cuerpo humano. El
cesio-137, con una vida media de aproximadamente 30 años, se ha asociado con un
aumento en la incidencia de cáncer, especialmente en aquellos que han estado
expuestos a niveles elevados de radiación. Por otro lado, el estroncio-90 puede
incorporarse en los huesos, donde puede causar leucemia y otros problemas
hematológicos¹⁹.
Además, el
iodo-131 (^{131}I), aunque tiene una vida media corta de aproximadamente 8
días, puede causar daños significativos a la tiroides si se ingiere o inhala.
Este isótopo se utiliza en tratamientos médicos, pero su liberación al medio
ambiente durante accidentes nucleares puede resultar en exposiciones peligrosas
para las poblaciones cercanas²⁰.
Contaminación Ambiental
Los
residuos nucleares no solo afectan la salud humana, sino que también tienen un
impacto profundo en el medio ambiente. La contaminación del suelo y del agua es
una de las principales preocupaciones. Cuando los residuos radiactivos se
almacenan inadecuadamente, pueden filtrarse en el suelo y los cuerpos de agua,
afectando a la flora y fauna local. Por ejemplo, el plutonio-239 (^{239}Pu),
con su vida media de 24,100 años, puede persistir en el medio ambiente durante
milenios, contaminando ecosistemas enteros y acumulándose en la cadena
alimentaria²¹.
La
biodiversidad también puede verse afectada por la exposición a la radiación.
Los estudios han demostrado que la radiación puede inducir mutaciones en
especies, lo que puede llevar a la disminución de poblaciones y la extinción de
especies vulnerables. La contaminación radiactiva en áreas cercanas a
instalaciones nucleares o sitios de desechos puede resultar en la pérdida de
hábitats y la alteración de ecosistemas enteros²² y contaminación de acuíferos
subterráneos.
Gestión de Residuos y Productos Radiactivos
La
gestión adecuada de los residuos nucleares es crucial para mitigar estos
efectos. Existen diversas estrategias implementadas en diferentes países para
asegurar que los residuos se manejen de manera segura y responsable. La
clasificación de residuos en alta, media y baja actividad permite a los
gestores de residuos aplicar las técnicas adecuadas para cada tipo, minimizando
así el riesgo de exposición y contaminación.
Los
depósitos geológicos profundos son considerados la solución más segura para el
almacenamiento de residuos de alta actividad. Estos depósitos están diseñados
para aislar los residuos radiactivos del medio ambiente durante miles de años,
reduciendo el riesgo de exposición a la radiación. Sin embargo, la construcción
y mantenimiento de estos sitios requieren inversiones significativas y un
compromiso a largo plazo por parte de los gobiernos y la industria nuclear²³,
cosa que estaría por verse. Sería un compromiso de corte hipotético. La
persistencia de los residuos por cientos de miles de años debería comprenderse
que no se puede plantear de cara sólo a un presente inmediato. El tiempo futuro
es el intervalo que nos determina ahora a la especie de manera universal.
Educación y Conciencia Pública
La
educación y la conciencia pública son fundamentales para abordar los efectos de
los residuos radiactivos. La sociedad debe estar informada sobre los riesgos
asociados con la energía nuclear y la gestión de residuos. Programas educativos
y campañas de sensibilización pueden ayudar a tomar consciencia de su peligro
persistente y no a desmitificar los efectos de la energía nuclear dentro de
nuestra cotidianidad. Fomentar una discusión informada sobre su uso y los
desafíos que presenta es una actitud persistente en todos los países que tienen
en su haber el hacer energía a partir del material atómico.
Siempre
se habla de que la participación comunitaria en la toma de decisiones sobre la
ubicación de instalaciones de gestión de residuos y la implementación de
tecnologías de energía nuclear es esencial para construir confianza y asegurar
que las preocupaciones locales sean escuchadas y abordadas²⁴. Pero
las decisiones últimas están más allá de las mismas propuestas comunitarias que
son afectadas. Esto sería el ideal, el preguntar a las comunidades si están
dispuestas a asumir el riesgo de instalar un reactor o de construir un depósito
de material radioactivo, pero ello tiene la presión de las empresas y los
intereses políticos de los estados en cuestión.
Como notamos,
los efectos de los residuos y productos del uso de la radiactividad son
complejos y multifacéticos. Desde los impactos en la salud humana hasta la
contaminación ambiental, la gestión de estos residuos es un desafío que
requiere atención continua y soluciones innovadoras, ya que pueden permanecer
en el espacio habitado afectando a todo ser vivo de la localidad. A medida que
la energía nuclear sigue siendo una fuente importante de energía, es imperativo
que se implementen prácticas de gestión seguras y efectivas para proteger tanto
a las personas como al medio ambiente. La cooperación internacional, la
educación y la participación pública son claves para enfrentar estos desafíos y
garantizar un futuro seguro en el uso de la energía nuclear.
Onkalo: Un Enfoque Pionero en la Gestión de
Residuos Nucleares
El
proyecto Onkalo, ubicado en la isla de Olkiluoto en Finlandia, es un ejemplo
emblemático de la gestión de residuos nucleares a largo plazo. Este depósito
geológico profundo está diseñado para almacenar residuos nucleares de alta
actividad de manera segura, representando un avance significativo en la
búsqueda de soluciones efectivas para el almacenamiento de materiales
radiactivos. La construcción de Onkalo comenzó en 2004 y ha avanzado considerablemente,
con la instalación destinada a recibir residuos generados por las centrales
nucleares de Finlandia y otros residuos de alta actividad. Aunque la
construcción no está completamente terminada, se prevé que esté finalizada a
mitad de la década de 2020 y puesta en uso en 2025, con la fase de operación
programada para comenzar una vez que se obtengan las aprobaciones regulatorias
necesarias¹.
Onkalo
se encuentra a aproximadamente 500 metros bajo tierra, en formaciones rocosas
estables que proporcionan, en principio, un entorno seguro para el almacenamiento
a largo plazo. Su diseño incluye túneles con una profundidad de cuatro
kilómetros y cavidades donde los residuos serán almacenados en contenedores de
acero y hormigón, lo que vendría a prevenir la fuga de radiactividad al medio
ambiente. Se han realizado extensos estudios de seguridad y evaluación de
riesgos para garantizar que el almacenamiento sea seguro durante miles de años²
(debería perdurar por 100000 años…). Sin embargo, a pesar de las medidas de
seguridad implementadas, el proyecto Onkalo no está exento de críticas y
preocupaciones. Uno de los principales efectos potenciales de los residuos
nucleares almacenados en Onkalo es la posibilidad de contaminación ambiental.
Aunque el diseño busca mitigar este riesgo, la incertidumbre geológica plantea
preguntas sobre la estabilidad de la zona a largo plazo. Cambios en las condiciones
geológicas podrían comprometer la integridad del depósito y permitir la
filtración de material radiactivo al medio ambiente³.
El
proyecto ha enfrentado críticas en varias áreas. En primer lugar, la seguridad
a largo plazo es una preocupación constante. La incertidumbre sobre la
estabilidad geológica y el riesgo de fugas de radiactividad suscitan dudas
sobre la viabilidad del proyecto. Además, el alto costo de construcción y
mantenimiento ha llevado a cuestionar si los beneficios de almacenar residuos nucleares
justifican la inversión, con algunos argumentando que los recursos podrían
utilizarse mejor en energías renovables⁴. La
falta de transparencia en el proceso de toma de decisiones ha generado
desconfianza entre el público, y
muchos críticos abogan por una
mayor participación de las comunidades locales en la planificación y gestión de
proyectos nucleares⁵. También existen cuestionamientos sobre
si el almacenamiento geológico
profundo es la única
solución viable para la gestión de residuos nucleares,
sugiriendo que se deben considerar alternativas como la reducción de residuos y
el reciclaje⁶. Por último,
la gestión de residuos nucleares plantea
cuestiones éticas sobre la
responsabilidad hacia las futuras generaciones, ya que dejar un legado de
residuos radiactivos plantea serias dudas sobre la equidad intergeneracional⁷.
A pesar
de las críticas, Onkalo representa un avance significativo en la gestión de
residuos nucleares y su enfoque en el almacenamiento geológico profundo es
considerado un modelo para otros países que enfrentan desafíos similares. Sin
embargo, es fundamental continuar evaluando y discutiendo los aspectos críticos
del proyecto para asegurar que la gestión de residuos nucleares sea lo más
segura y efectiva posible. La cooperación entre las autoridades, la industria y
la comunidad es esencial para abordar las preocupaciones y garantizar un futuro
sostenible en el uso de la energía nuclear⁸.
Juicio Crítico y Perspectivas Futuras
El caso
de Onkalo plantea importantes interrogantes sobre la responsabilidad que
conlleva la gestión de residuos nucleares. Si bien el proyecto es un avance en
términos de tecnología y planificación, también resalta la necesidad de una
discusión más amplia sobre la ética de dejar a las futuras generaciones con el
legado de residuos radiactivos. La incertidumbre sobre la estabilidad geológica
y los impactos potenciales en el medio ambiente son preocupaciones legítimas
que no deben ser ignoradas. La experiencia de Onkalo debe servir como un
llamado a la acción para que otros países consideren no solo las soluciones
tecnológicas, sino también las implicaciones éticas y sociales de sus
decisiones en materia de energía nuclear⁹.
Los responsables
de esta cámara nuclear en Finlandia han afirmado que una vez llenado tal
espacio subterráneo ningún humano podrá entrar nunca. Su cierre de este
sarcófago nuclear inmenso será para siempre.
Onkalo puede ser considerado como el único gran testimonio de nuestra
civilización. Un espacio que no se podrá ver ni entrar, supuestamente, nunca
más. Los efectos que pueden surgir de ese espacio no se ven, no se oyen, no lo
puedes sentir, ni ser captados por los sentidos y por tus sentimientos. Pero
sus efectos podrán atravesarte tu cuerpo y destruirlo silenciosamente. No se
puede tocar nada. Advirtiendo a las generaciones futuras que cuiden mejor el
planeta que lo que lo han hecho ciertas generaciones e individuos con él en el
presente
A medida
que avanzamos hacia el futuro, es crucial adoptar un enfoque serio y de
responsabilidad comprometida que incluya la investigación de alternativas
seguras absolutas, más que sólo sean sostenibles, como el desarrollo de
tecnologías limpias de energía renovable y la mejora de la eficiencia
energética. A estas alturas de la dependencia de energía nuclear en
determinados países deberían estar conscientes de la responsabilidad que tienen
no sólo con las futuras generaciones de humanos sino también del resto de los
seres no-humanos, pues todos merecemos un entorno seguro y saludable (hasta
dónde se pueda), y es la responsabilidad de estos países y sus gobiernos de
tener la responsabilidad de garantizar que las decisiones tomadas hoy no
comprometan su bienestar no sólo de su país sino del resto del planeta. La
transparencia en la toma de decisiones, la participación activa de la comunidad
y los entes mundiales que cuidan de ello, junto a un compromiso con la evolución
y permanencia de las especies, son esenciales para construir un futuro donde el
incierto uso de la energía nuclear, se gestione de manera responsable y ética¹⁰.
Tomando
el ejemplo del proyecto finlandés de Onkalo podemos conocer que es un paso
importante en la gestión de residuos nucleares, pero también es un recordatorio
de que tenemos que ser conscientes de las consecuencias de determinadas acciones
por ciertas naciones en el resguardo de esos desechos. La responsabilidad hacia
las futuras generaciones implica no solo la gestión de residuos existentes (a
la fecha de hoy, repito, 370000 toneladas de residuos atómicos), sino también
la búsqueda de soluciones innovadoras que minimicen la producción de residuos
en el futuro. Solo así podremos asegurar un legado positivo y sostenible para
quienes vendrán después de nosotros¹¹. Aunque queda la frase que siempre está
en boca de los especialistas del tema, que han ayudado a crear un mundo siempre
en el filo del abismo: decisiones bajo
incertidumbre. Tales sarcófagos nucleares no escapan que sean decisiones bajo incertidumbre. En su
seguridad y hermetismo siempre puede surgir o dejar una rendija abierta para
que el peligro de extinción, como espada de Damocles atómico, se cierna sobre
todas las cabezas humanas y no humanas. ¡Bienvenido
al parque mundial de atracciones atómicas!
Notas
a Pie de Página
Posiva Oy. (2023). Informe sobre
el estado del proyecto Onkalo. Recuperado de Posiva Oy.
Autoridad de Seguridad Nuclear
de Finlandia (STUK). (2023). Evaluación de riesgos y seguridad en Onkalo.
Recuperado de STUK.
Ibid.
Energía y Medio Ambiente.
(2023). Críticas y costos asociados al almacenamiento nuclear. Recuperado de
Energía y Medio Ambiente.
Ibid.
Smith, J. (2023). Alternativas
al almacenamiento geológico de residuos nucleares. Journal of Nuclear Energy,
45(2), 123-135.
Jones, A. (2023). Ética y
residuos nucleares: una responsabilidad intergeneracional. Environmental
Ethics, 12(1), 45-58.
Ibid.
Ibid.
Brown, R. (2023). La
sostenibilidad en la gestión de residuos nucleares. Energy Policy Journal,
39(4), 200-215.
Ibid.
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Documental
Madsen, Michael, dir. Into Eternity. 2010. Finlandia:
Madsen Productions. https://www.youtube.com/watch?v=ayLxB9fV2y4